No me da gusto, tampoco alegría, mucho menos tristeza.
La cancelación del viaducto elevado, es una evidente derrota del oficilaismo a costa de el ego opositor, sin embargo, en estricto sentido quien pierde? quien gana? y quien las sigue viendo pasar?
Juan pueblo sigue ahí sentado, como matando el tiempo, como esperando un milagro, aún Juan pueblo no sabe o no entiende que a toda acción corresponde una reacción y mientras Juan pueblo no accione, las seguirá viendo pasar, así sin sabor, sin emoción, mucho menos pasión y el beneficio de progreso, desarrollo, económico o individual ni en los más dulces sueños.
¿Quien gana, quien pierde y quien las seguirá viendo pasar?