¿Cómo asegurar la prosperidad financiera de las empresas en 2025?

El panorama financiero de las empresas en México para 2025 está lleno de retos y oportunidades, moldeado tanto por cambios internos como por dinámicas externas en Norteamérica. En este contexto de constante evolución, resulta esencial que las empresas enfoquen sus esfuerzos en áreas estratégicas que aseguren su estabilidad y crecimiento.

La tecnología se perfila como un pilar fundamental. Adoptar herramientas avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA) no solo optimiza procesos operativos, sino que transforma la toma de decisiones estratégicas al hacerla más ágil y precisa. Por ejemplo, la validación de CFDI con la base de datos del SAT, una tarea que antes requería horas de trabajo humano, ahora puede completarse en minutos gracias a la automatización. Este tipo de avances no solo ahorra tiempo, sino que también mejora significativamente la eficiencia. Sin embargo, muchas empresas aún están en las primeras etapas de esta transformación, por lo que integrar estas tecnologías de manera planificada será clave para mantenerse competitivas. El talento humano es otro aspecto crítico para garantizar la prosperidad financiera. En sectores altamente demandados como el de TI, las empresas deben repensar sus estrategias para atraer y retener a los mejores profesionales. Esto implica ofrecer beneficios flexibles, esquemas de compensación competitivos y una cultura organizacional que fomente el desarrollo personal y profesional. Además, la colaboración entre empresas y universidades será indispensable para alinear los planes de estudio con las necesidades del mercado laboral, fomentando así una oferta de talento más sólida y adaptada a las demandas de la industria. En cuanto al entorno macroeconómico, las organizaciones deben prepararse para enfrentar riesgos como la desaceleración global, la inflación y las tensiones comerciales internacionales. Aunque la reciente reducción de tasas de interés ha reactivado los mercados en México y Estados Unidos, los efectos de estos factores pueden ser significativos para el consumo y la inversión. Por ello, las empresas deberán desarrollar estrategias sólidas que les permitan adaptarse a estas condiciones adversas y minimizar su impacto. México, como destino de inversión, tiene la oportunidad de consolidarse aún más en 2025. Sin embargo, esto dependerá de garantizar estabilidad política y seguridad jurídica, elementos esenciales para mantener la confianza de los inversionistas. Al mismo tiempo, será necesario que las autoridades agilicen procesos como la devolución de créditos fiscales para exportadores, lo que no solo fortalecerá las exportaciones, sino que también impulsará la creación de empleo formal y aumentará la recaudación fiscal. Por otro lado, una reforma tributaria que contemple tasas competitivas podría posicionar al país como una alternativa atractiva frente a competidores en Centroamérica que ya ofrecen incentivos fiscales específicos.

Finalmente, el éxito económico de México requerirá un esfuerzo conjunto entre las empresas, las instituciones educativas y el gobierno. Solo a través de una colaboración efectiva será posible construir un entorno competitivo, adaptable y sostenible que permita responder eficazmente a las demandas del mercado global. De esta manera se garantizará la estabilidad financiera de las organizaciones y el crecimiento económico del país en los próximos años. ____ Nota del editor: Pablo Pérez cuenta con más de 25 años de experiencia en finanzas, Share Services Center, contraloría, contabilidad y auditoría, a nivel de Latinoamérica y principalmente en empresas transnacionales como Swissport, Alorica, Janssen, Fedex, Pfizer y Kraft Foods, entre otras. Actualmente se desempeña como director financiero (CFO) de KTSA (KPMG Technology Services Americas). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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