En los últimos años, y quizá partir de la pandemia por Covid 19, que vivimos en el año 2020, hemos puesto mayor atención a revisar nuestra salud mental, situación que hizo que pusieron atención en lo que estábamos consumiendo y guardando en nuestra alma y corazón.
En esta columna estaré platicando de lo que hasta hace poco ha tomado un importante auge, el tema del desarrollo personal y terapéutico, el proceso terapéutico es una práctica que, aunque aún poco conocida para muchos, ha dejado huella en quienes la experimentan: las constelaciones familiares.
Esta herramienta fue, desarrollada por el alemán Bert Hellinger, parte de una idea poderosa: que los conflictos personales, emocionales o incluso físicos que enfrentamos hoy pueden estar conectados con dinámicas ocultas en nuestro sistema familiar. Pero esto no significa que debemos buscar culpables, ni de creer que nuestros ancestros hicieron las cosas mal y que ahora a nosotros nos toca pagar las consecuencias, sino de hacer visible lo invisible, dándoles un lugar y mirando desde el amor las lealtades inconscientes, los traumas no resueltos, exclusiones o patrones repetitivos que se transmiten de generación en generación.
Su objetivo es guiar a la persona a identificar las dinámicas perjudiciales inconscientes que se han establecido en su familia y las conductas que se han generado entre sus miembros.
Una constelación familiar es una experiencia vivencial. En ella, un participante expone un tema personal y, con la ayuda de un facilitador y de personas que representan a miembros de su familia, o incluso con objetos o muñecos que ayuden a representar a ese miembro de la familia y así ayudar a constelar la situación.
A través de esta dinámica, se comienzan a reflejar emociones, tensiones o vínculos que resuenan profundamente con la historia familiar del consultante. Las constelaciones familiares nos ayudan a mirar nuestra historia con ojos de amor, a reconocer que muchas veces cargamos con historias que no nos pertenecen y que, al identificarlas, podemos empezar a soltarlas y liberar a nuestros descendientes.
En un mundo donde vivimos todo en una inmediatez extraordinaria, esta filosofía nos invita a detenernos a mirar atrás, y comprender que sanar no es solo un acto individual, sino también sistémico. Por todo esto, a partir de hoy vamos a platicar cada semana en este espacio, sobre como encontrar reconciliación y paz en experiencias difíciles a través de las Constelaciones Familiares. Nos vemos en la próxima.