Desafortunadamente en los últimos años, el crimen organizado ha diversificado sus actividades más allá del tráfico de drogas y el cobro de piso, entre otras, adentrándose ahora en el terreno productivo, particularmente en el agro zacatecano. Esta expansión criminal no solo representa un nuevo rostro de la violencia, sino también una forma de control económico que somete a los productores, altera el funcionamiento de los mercados locales y pone en jaque la viabilidad del campo como fuente de sustento y desarrollo.
El fundador de El Barzón, Juan José Quirino Salas, denunció recientemente que el crimen organizado ha tomado el control de la producción y comercialización del frijol en Zacatecas, un fenómeno que se ha incrementado desde el año pasado. Además, advirtió que los delincuentes no solo afectan al sector agrícola, sino también al ganadero, cobrando cuotas a los productores por la venta de su ganado y manteniéndolos bajo amenaza constante.
Los criminales, que en muchos casos se hacen pasar por acopiadores o coyotes, están presentes en varias localidades clave, como Sombrerete, Río Grande, Nieves, Cañitas de Felipe Pescador y Sain Alto, donde ejercen control sobre el precio y comercio del frijol. Esto ha provocado una distorsión en los canales de comercialización, encareciendo la cadena de valor sin que los beneficios lleguen realmente al productor.
Las consecuencias económicas son claras: el precio del frijol ha sido alterado, con algunos productores vendiendo su cosecha por hasta 14 o 15 pesos el kilo, muy por debajo del precio de garantía de 27 pesos. Además, las cuotas impuestas por el crimen organizado a los ganaderos, que deben pagar hasta 1,000 pesos por cada cabeza de ganado grande, y 500 pesos por ganado pequeño, han hecho que los productores enfrenten mayores dificultades para sostener sus actividades.
Esta intromisión del crimen no solo está afectando la economía del campo, sino que está generando un problema social grave, donde los productores se ven obligados a aceptar condiciones desfavorables, y los mercados se ven contaminados por el accionar ilegal de los grupos criminales.
La situación, que no es exclusiva de Zacatecas, también se presenta en otros estados, ha llevado a la convocatoria de la Convención Nacional Frijolera, que se celebrará el 4 de mayo en Sombrerete. En este evento, se discutirán estrategias para abordar la presencia del crimen organizado en el sector agroalimentario, y se plantearán propuestas para garantizar la soberanía alimentaria en México, con un incremento en la producción de frijol, con el respaldo de financiamiento y asistencia técnica.
Combatir la presencia del crimen organizado en el campo es ahora una prioridad no solo de seguridad, sino también de justicia económica y social. El control que los delincuentes ejercen sobre el agro zacatecano está afectando a miles de familias, y requiere una respuesta integral para restaurar la estabilidad y el bienestar de quienes dependen de la producción agrícola y ganadera.