Su llegada a Zacatecas fue especial y, fiel a su esencia, la transformó en canción. Con el «jet lag» aún posado sobre sus hombros y envuelto en los sonidos cotidianos de la ciudad —el silbido del tren, las campanas de la catedral y hasta la señal de reversa de un camión—, Jorge Drexler convirtió su primer encuentro con esta tierra en una melodía. En un escenario donde el arte y la cultura brotan de cada rincón, el cantautor uruguayo se reencontró con miles de almas que, en el foro estelar del Festival Cultural Zacatecas, recibieron su música como un regalo inolvidable.